¿Por qué la diversificación extrema puede destruir tus inversiones?

¿Por qué la diversificación extrema puede destruir tus inversiones?

No dejar todos los huevos en la misma canasta, la típica frase que todo inversionista conoce de memoria que nació con la teoría moderna desarrollada por Harry Markowitz. pues si todas tus inversiones están en una sola cripto o una sola acción, en caso de pérdida, se pierde todo.

Pero el verdadero tema detrás de esto, es hasta qué punto diversificar puede ser malo, o hasta qué punto es realmente útil. En este blog analizaremos esta estrategia de inversión o veremos si efectivamente es lo mejor que puedes hacer con tus activos.

Sucede que muchos inversionistas a lo largo del mundo, suelen tener 30, 50 o muchas más acciones en su portafolio, y no siempre conocen bien los proyectos a los que están destinando sus lucas, lo que de repente implica que se pierde rentabilidad en el camino.

La respuesta a la diversificación, según muchos analistas y expertos en el área, es clara: Luego de entre 10 a 15 acciones, agregar más a tu portafolio no disminuye el riesgo significativamente, aquí lo mejor, sería seguir destinando dinero a las que ya tienes bajo la manga.

¿Diversificas para proteger tu capital o para esconder tu falta de convicción?:

Si alguna vez tomaste un curso de finanzas, probablemente instauraron la idea en tu mente, casi como regla de oro, el dicho de los huevos y las canastas, pero ¿de dónde viene esto?

Por allá en 1960, uno de los primeros estudios serios sobre el número de acciones necesarias para una cartera diversificada fue el de cuando Evans & Archer que mostraron que pasar de 1 a 10 acciones recorta la mayor parte del riesgo y concluyó que solo 10 eran suficientes para replicar el mercado en su general.

El problema está en que al superar el número de acciones, también implica que la curva de ganancia se aplana dramáticamente y no reduces el riesgo, y ese detalle es el que se suele pasar por alto al momento de querer ser precavidos, además de dificultar y darle complejidad al seguimiento de tu portafolio.

La línea muestra cómo baja el riesgo (eje vertical) al añadir acciones (eje horizontal). Con 1-5 acciones el riesgo cae en picada; hacia 10 ya has quitado casi todo lo diversificable. De 15 en adelante la curva se aplana: poner más nombres apenas reduce el riesgo.

El fenómeno ETF:

Los ETF se venden como pan caliente, pues tienen liquidez intradía, comisiones bajas y diversificación instantánea. El favorito de quienes miran Chile desde afuera es el iShares MSCI Chile ETF (ECH) o el CFMDIVO nacionalmente.

La ficha más reciente de este último, muestra que los 10 principales valores concentran 65% de los activos en Banco de Chile 13,6%, SQM 10,1%, Banco Santander 9%, etc. Es decir: Pagas por “100% Chile”, pero tu suerte gira alrededor de diez acciones. Las que podrías comprar por tu cuenta.

Por otro lado, en el S&P 500, los 10 nombres más grandes ya pesan 34% del índice, que vendrían siendo empresas como Microsoft, Apple, Nvidia, etc.

Aquí vale la pena preguntarse, Si el benchmark global está así de concentrado, ¿por qué tu portafolio no debería estar igual? Finalmente tendrás casi el mismo rendimiento con casi los mismos rendimientos.

Construye tu propio círculo de competencia:

1.- Mantén un máximo de entre 10 y 15 acciones. A partir de este punto, cada acción o compra que realices, debe estar justificada, sabiendo que no estás disminuyendo más el riesgo, estás simplemente aplanando tu curva de ganancias.

2.- Analiza equipos, no solo números. Observa los flujos que no se generan solos, la gente que está detrás de la empresa, y todo lo relacionado al rendimiento que han mantenido en el tiempo.

3.- Si usas ETF, que sean tácticos, no permanentes. Si bien permiten entrar rápido, tu proceso debería poder reemplazarlos por posiciones directas cuando el rebalance te lo pida.

 4.- Mantén un seguimiento según el tiempo y trayectorias, no vendas por temor cuando ocurren ciertas caídas. Observa si el largo plazo de la acción o cripto, justifica no rendirse al miedo y solo esperar.

Si bien la diversificación reduce el riesgo de pérdidas, hay que hacerlo con sabiduría y estudio, no diversificar solo porque sí. Pregúntate con honestidad: ¿Estoy comprando este papel porque creo en él, o porque me da miedo quedarme con caja?

Invertir es un acto de convicción informado. Que la diversificación no sea la excusa para no pensar si efectivamente estás tomando las mejores decisiones. Al final del día, la diversificación en exceso es como ponerle agua al vino. No por meterle más agua, mejorará su sabor, y solo terminas diluyéndolo.

Coméntanos en X si eres de los que les gusta diversificar a diestra y siniestra, o te mantienes entre 10 a 15 acciones máximo, y recuerda que en Instagram puedes encontrar contenido nuevo todas las semanas. ¡Te esperamos allá!